La historia de este pino silvestre tan especial comenzó en 2006, cuando cayó en las manos de Jere. No era un material muy especial en un inicio, pero como todos los árboles tenía un buen potencial como para convertirse en un bonsai decente. Una de las partes más bonitas del árbol eran las raices expuestas (neagari), interesantes y únicas. El viaje de este bonsai para convertirse en lo que es hoy en día ha durado ¡10 años!
A finales de 2017 Jere decidió darme la oportunidad de formarlo para mejorar su aspecto. Este trabajo tubo lugar en el nuevo taller de Bonsaimotorworld. Durante el trabajo, el árbol fue ganando una colocación de ramas más definida y la misma densidad de acículas en todo el árbol para la siguiente brotación. Algunas ramas innecesarias se convirtieron en jin, lo que le da un aspecto de árbol más viejo.